(La Nación) Te compraste un pasaje en una aerolínea low cost, lo mandaste a tu tarjeta de crédito en 12 cuotas (obvio), viajaste en transporte público desde el aeropuerto hasta tu alojamiento pero, a pesar de todos los ajustes meticulosos, igual no te alcanza la plata para comer en un restaurante que rankea en la lista Latin America’s 50 Best Restaurants. Y claro, se entiende que es difícil justificar pagar US$ 175 (sin maridaje) en Central, Lima, o US$ 120 en Pujol en Ciudad de México. Pero, con conocimiento foodie, hasta los bolsillos más apretados pueden disfrutar de un establecimiento elogiado en América Latina en la lista 2019, revelada el jueves a la noche en la Usina del Arte. A continuación, ocho opciones más amigables e igual de deliciosas, que incluyen dos porteñas.
A Casa do Porco, San Pablo, puesto 6 en la lista
En Centro, un barrio emergente paulista que rebosa de ofertas gastronómicas, se encuentra este establecimiento dedicado al cerdo, que es oficialmente el mejor restaurante de Brasil en el puesto 6 en Latin America’s 50 Best Restaurants 2019. Un proyecto del matrimonio culinario Jefferson y Janaina Rueda, donde se luce la mano del chef y su obsesión por criar y emplatar puerco con trazabilidad (ella dirige otro establecimiento, Dona Onça). El menú de degustación, que consiste de nueve pasos divertidos y deliciosos – como cerdo madurado servido estilo tartare y chancho asado por seis horas in situ – es lejos de los más económicos del continente (si no el mundo), con un valor de US$ 32 (menos de $2000 argentinos). Hay otro precio que hay que pagar: no se aceptan reservas y hay que hacer la fila a partir de las 9:00 hs para sentarse a comer al mediodía los fines de semanas (días de semana son un poco más tranquilos). Pero vale la pena. Consejo: no pidas carne vacuna ni opción veggie.
La Mar Cebichería, Lima, puesto 26 en la lista
Sí, ya sé, pasaste mil veces por la esquina de La Mar en Palermo Hollywood pero sí o sí tenés que morfar el mundo marítimo que ofrece el local icónico ubicado sobre Avenida La Mar en el barrio limeño de Miraflores. Concebido por el capitán gastronómicoGastón Acurio, solo se almuerza (pero de lunes a lunes) en el boliche original. Pero, ¡qué almuerzo! Elegí entre 12 cebiches, un surtido de tiraditos, sashimi de la barra Nikkei, arroces y pescados enteros como el Chita frita. Todo es abundante, para compartir y solo se cocina pesca sustentable. El cebiche más económico es el Clásico (a 49 soles, en pesos argentinos $830); también se puede picotear empanadas de cangrejo y langostinos deliciosas a buen precio ($230). Luego clavarte un Cau Cau de mariscos, un clásico limeño, para compartir (a alrededor de $1000). Dato extra: el chef Gustavo Montestruque Bisso se mudó a Buenos Aires hace tres meses y se ocupa del local porteño.
Celele, Cartagena de Indias, Colombia
Luego de tres años armando un pop-up semanal en un departamento prestado sobre una plaza emblemática en el centro histórico de Cartagena, el dúo joven tras Celele, los chefs Jaime Rodríguez y Sebastián Pinzón, finalmente logró abrir local propio en 2018. Apenas un año después, Latin America’s 50 Best 2019 los otorgó el premio Miele One To Watch. Algo así como “el que hay que tener en la mira”.
Ubicado en el barrio bohemio de Getsemaní, usan los ingredientes diversos del caribe colombiano, que van más allá del arroz con coco. Su cocina contemporánea está basada en la cultura biodiversa local además de tener influencias españolas, africanas, sirias, libaneses e indígenas, un arcoíris de sabores sorprendentes. Platos notables incluyen empanaditas de jaiba con ají de piña y basket pepper que origina de la isla de San Andrés ($503 argentinos) o Caracol Pateburro y texturas de maíz ($480 argentinos). Más económico aún, tomate un cóctel Sorrel infusionado con flor de Jamaica y anís, ginger beer y ron Zacapa ($530) en el barcito escondido tras el salón.
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