(La Nación) Nacida en Inglaterra, la periodista y sommelier Sorrel Moseley-Williams bromea diciendo que le dieron gin “desde la mamadera”. Sin embargo, ya en serio, confirma que su primera experiencia con la bebida no fue precisamente memorable. “Tenía 19 años y la facultad a la que iba organizó un mega evento muy elegante. Ahí tomé un gin tonic y la pasé muy mal, no lo toqué más por un buen rato”, recuerda. Quién diría que años después, aquel cóctel maldito se convertiría en uno de los ejes de su vida.
Junto a su amigo y socio, el sommelier Martín Westerdahl – brewmaster de la cervecería Portlander – Sorrel creó Dill & Tonic, un gin tonic envasado y listo para tomar que nació, como muchos otros proyectos, al calor de la cuarentena.
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